¿Mi manada tiene una convivencia saludable?
Tuvimos la oportunidad de compartir con Mylena Vásquez, medica veterinaria especializada en bienestar animal, para entender mejor sobre la convivencia saludable de nuestros peludos.
¿QUÉ APRENDIMOS?
Para lograr una convivencia sana en el hogar es fundamental ser un dueño comprometido con el cuidado de las mascotas, todos los animales son diferentes y deben ser tratados de tal manera, por eso es importante tomarse el tiempo de conocerlos, entender su lenguaje y educarlos con respeto y amor.
Los animales tienen dos tipos de comportamiento, el primero, el innato, está preprogramado genéticamente y puede realizarse en respuesta a una señal sin experiencia previa y el segundo, el comportamiento aprendido, es la capacidad para efectuar cambios en el comportamiento, con base a la experiencia y se denomina aprendizaje.
Nosotros debemos aprovechar la etapa de aprendizaje para brindar una educación positiva a nuestros peludos de forma individual y como grupo. Es normal que cuando presentamos un nuevo miembro en la familia, los peludos se comporten de manera diferente y es un deber de los humanos (dueños) realizar una presentación adecuada para lograr una convivencia saludable a largo plazo.
Hoy queremos compartir contigo algunos tips que nos ayudaran a saber si nuestra manada tiene una convivencia saludable:
PERROS & GATOS
Los recursos: son un tema valioso en estos casos, ya que, el perro y el gato no son iguales y sus necesidades varían, por lo tanto, sus recursos también serán diferentes. Por ejemplo: el gato necesita lugares altos donde pueda sentirse seguro, mientras que el perro prefiere un hueso con el cual jugar.
Lo que no es saludable: El perro siempre persiguiendo al gato o que el gato se esconda siempre cuando el perro se encuentra cerca, esto muestra una mala presentación de ambos peludos. ¿Qué puedo hacer Pepe? Podemos analizar que recursos pueden estar faltando, tal vez brindarle un lugar más alto al gato, así podrá sentirse seguro y el perro al no alcanzarlo tendrá tiempo de relajarse, también puedes premiar por buen comportamiento cuando se encuentren juntos. Si definitivamente la situación no mejora es posible considerar una nueva presentación y no dudes en de consultar a un especialista.
Eliminar problemas de raíz: Para los dueños de perros es un poco más sencillo entender el lenguaje de sus canes, mientras que para los dueños de los gatos pueden pasar por alto muchas cosas que determinan como se siente un gato respecto a un espacio o hacia otro peludo, por eso entender su lenguaje es tan importante, así podemos disminuir momentos incomodos, de estrés, incluso enfermedades.
Tomémonos el tiempo de entenderlos y de cuestionarnos por qué se comportan como lo hacen antes de responder con refuerzos negativos, ya que esto, puede solo empeorar la situación, al comprender el problema, podemos actuar en pro el peludo, ya sea brindando algún tipo de recurso, trabajar la comunicación y el refuerzo positivo (premiación por buen comportamiento) entre otros.
ENTRE GATOS
La presentación: los gatos son seres solitarios, territoriales pero diplomáticos, ellos prefieren dejar de usar un recurso antes de pelear por él, por lo tanto, para evitar inconvenientes a mediano y largo plazo, es fundamental que sean bien presentados, este proceso puede ser un poco largo, pero con paciencia y refuerzo positivo, se logrará una convivencia maravillosa.
Puede generar conflicto la escasez de recursos como: los juguetes, lo mobiliario, arenero, bandejas, comida, agua, atención, zonas de descanso, entre otros.
Ya es algo serio si nuestro gato se está tornando agresivo, quiere decir que la situación entre los dos felinos lleva mucho tiempo siendo mala, ya que el gato siempre ira a la agresión como última alternativa. Si tu caso es este, se aconseja presentar de nuevo a los felinos.
ENTRE PERROS
El dominante y el sumiso: Así como los seres humanos, los animales también tienen sus jerarquías y su propio lenguaje, por lo tanto, es normal que se den ciertas disputas entre los perros de un mismo hogar. En este caso no es necesario intervenir ni regañar, ya que es algo normal.
No es normal cuando el comportamiento se torna agresivo sin ningún sentido (ante nuestros ojos) y comienzan a gruñir mucho, levantar los belfos, atacar y dar mordidas al aire, esto se puede dar por juguetes, comida y atención que los hace entrar en conflicto, este tipo de cosas las llamamos recursos, y es clave que estos recursos sean equitativos y abundantes para todos.